Un dendrómetro (del griego dendron, árbol, y metron, medida) es un aparato con el que se pueden realizar diversas mediciones a nivel de árbol o de rodal. También se clasifican como dendrómetros (y no son objeto de este trabajo) los instrumentos desarrollados para realizar un seguimiento continuado del crecimiento individual (comúnmente perimetral) del
árbol.
El primer dendrómetro del que los autores de este artículo tienen constancia es el de GROSSBAUER (1864). Combinando sobre una plaqueta de madera -a modo de plancheta dendrométrica (MACKAY, 1964)- una escuadra y un dióptrico móvil montado sobre una escala y medidor de ángulos (a través de una plomada), el dendrómetro permite mediante principios geométricos básicos la medición de alturas, diámetros a diferentes alturas, pendientes, distancias y pequeñas superficies. Con el desarrollo de la teoría del muestreo angular surge en 1955 el probablemente más famoso dendrómetro: el relascopio de Bitterlich (http://www.relaskop.at/en/), el cual permite mediante elementos ópticos y mecánicos, entre otros, la medición del área basimétrica, alturas, distancias, diámetros a diferentes alturas, pendientes, etc. La medición del área basimétrica de forma angular supuso una aportación trascendente en la inventariación forestal que explica que el aparato siga produciéndose hoy en día en su versión original.
Desde finales del siglo XX existen en el mercado caros dendrómetros electrónicos, (ópticos, ultrasónicos y laser) que incluyen similares prestaciones a las del relascopio mejorando la precisión de las mediciones y facilitando enormemente la trascripción digital de los resultados.
Frente a los costosos dendrómetros electrónicos u ópticos están los dendrómetros geométricos, generalmente ingeniosos aparatos que combinan reglas graduadas para permitir la medición de alturas o diámetros conforme a fundamentos geométricos, como por ejemplo, el dendrómetro de GROSSBAUER (op. cit.). El más famoso dendrómetro de este tipo es el de Kramer (KRAMER y AKÇA, 1995). El ingenio consiste en una simple plancha metálica que muestra grabadas una serie de reglas para la medición de alturas y unas aperturas, a modo de bandas de ancho conocido, para la medición del área basimétrica y del valor de secciones volumétricas del fuste. En España destaca el original dendrómetro de ESPINEL (1995). Presenta el autor un método sencillo para calcular el volumen en pie en masas regulares mediante los principios del muestreo angular, utilizando una simple barra hueca metálica en cuyo fondo se fija una cinta métrica sobre la que puede deslizar y fijar una mirilla.
Una de las principales ventajas que presentan los dendrómetros basados en principios geométricos es su sencillez de uso y bajo precio. Por el contrario, su precisión de muestreo es lógicamente menor que la de cualquier aparato con elementos ópticos y/o electrónicos. No son muchos los trabajos que comparen la precisión dendrómetros geométricos frente a dendrómetros ópticos, mecánicos o electrónicos. Interesante en este aspecto es la confrontación de errores en la medición de alturas de MACKAY (1965) en su clásica “Dasometría”. Frente a la medición directa de la altura del árbol (mediante escalada o apeo), el autor presenta errores entre el 2,5 al 8% con el uso de reglas hipsométricas basadas en principios geométricos. Otro de los elementos comunes en los dendrómetros (p. ej. Relascopio y Kramer) son bandas de BAF (Basal Área Factor). La precisión de la medición del área basimétrica de forma directa (como suma de secciones unitarias) frente a la evaluación a través del BAF ha sido también objeto de análisis comparativo. Se concluye en los diferentes estudios que la precisión de los resultados depende fuertemente del BAF utilizado y de la espesura del arbolado, obteniéndose con una correcta elección del BAF, errores menores del 5% con respecto al área basimétrica realmente existente (FOUNTAIN et al., 1983; BRACK, 1998).